Empatizar (4)

Ensayar con uno mismo

¿Empatizar?  Bueno, utilicemos las palabras de hoy

  • Si desde una cima observas cómo se despeña una cabra, además de dibujar el accidente con letras, ensaya a empatizar con el animal e intenta sentir lo que te sucedería a ti si rodaras ladera debajo de una montaña gigantesca (ya sé que te viene a la cabeza la palabra cabroncete, y lo entiendo). Pero si el caprino en cuestión emprende el vuelo, tienes que ver (como a vista de dron) lo que ella ve. Los campos, el color verde del valle, el riachuelo que corre que, con toda seguridad, está lleno de truchas con jamón (que me traigan las truchas que el jamón lo pongo yo)
  • Jardiel Poncela decía que existen temas prohibidos si es que pretendes utilizar la originalidad en tu escritura. No se puede hablar de un dolor de muelas, porque todos lo hemos padecido y no se aporta ninguna información que no hayamos experimentado. Y (esto ya lo digo yo) ante el sufrimiento que nos provoca cada pinchazo en las encías inflamadas, la preocupación que se nos apodera al observar cómo se nos hincha el moflete haciendo que el párpado más cercano se cierre, no queda más remedio que pensar en el dentista. Y también en el riñón que va a costar arreglar o desarreglar tu boca; el instrumental de sonido a radial que te va a inundar los oídos; el terror que vas a sentir al venirte a la nariz un olor característico y fuerte propiciado por la demolición; la tensión que te hace juntar las manos en un abrazo tal que hasta las uñas se te clavan en la carne.
  • Pero antes de ponerte al alcance del odontólogo (y aquí viene lo productivo de esta situación que acabo de provocar), te asaltan pensamientos como que aquel hombre o mujer puede ser un asesin@ en serie disfrazad@; que va a pincharte un somnífero y que, en cuanto te quedes inconsciente, aprovechará para descuartizarte, arrancarte tus órganos y anunciarlos para su venta al mejor postor. Puede ser un argumento. A ver si con la novela compensas el gasto que has realizado en el sacamuelas. Y luego te vengas poniéndolo a parir. En la novela, claro.
  • Si te has dado cuenta, es muy fácil plasmar en un papel tus ocurrencias, las orientes hacia una u otra cuestión.
  • Consiste en tirar del hilo que tu inteligencia, tu imaginación y las circunstancias no previsibles ponen a tu alcance en cada momento.
  • Ahora me viene un pensamiento sublime que no quiero dejar en el tintero: hay tantos escritores en el mundo como seres que saben escribir. En cualquier lengua, en cualquier idioma. Perdón por aprovecharme de Perogrullo.

La imaginación

Se trata de lo que he dado en llamar “el complemento visual de los pensamientos”. Es inmensurable y la culpa de todo la tiene el cerebro: siempre intenta representar las palabras con imágenes.

Imagen             Imaginación.   

 

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Continuará

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