Humor

¡Poder no hay quien pueda contigo! Poder qui et pogués arreplegar...

Editorial Ribera&Rius. Lleida 1995

Fue una idea divertida meter a todos los políticos en una isla. Y aunque han pasado más de 25 años, esta novela es absolutamente actual. La he releído y todavía no me lo puedo creer. Hemos avanzado en todo. Pero la forma de pensar y hacer de los políticos que sucesivamente y sin interrupción han pasado y pasan por la Moncloa cada cuatro años o más, continua siendo la misma. El orden es como sigue: intereses particulares e intereses partidistas   siempre que no interfieran en los particulares que están por encima de todo.

La verdadera historia de Pichorras en Pastriz

Mira Editores, Zaragoza, 2001

Pichorras, Pichorretas, Pichorrillas o Chafachorras, por mentar los apodos más importantes y que mayor preponderacia tuvieron referidos al protagonista de esta novela hilarante. Sus bautismos, como en ella se recoge, eran Francisco Ligero Cánovas, y de primer apellido iba sobrao, porque ligero de cascos no había otro que le igualara.

Pintas menos que Pichorras en Madrid

Ònix Editores. Barcelona, 2022

Pichorras tiene que marcharse de Pastriz porque no ve un futuro demasiado halagüeño en el municipio. Lo que más le preocupa es lo que puede suponer para unos hipotéticos hijos la herencia tanto de su apodo como de la coletilla que lo precede.

Así que su decisión madurada en cuanto que regresa su enemiga más sanguinaria de un viaje aproximadamente de un mes, la lleva a término de la noche a la mañana. Recoge sus cosas en un ato, espera que amanezca y se va con viento fresco (y tan fresco porque elige un día de cierzo y hielo).

Es la tercera parte de la historia de Pichorras. La segunda parte, que todavía está esperando para ser bendecida por las editoriales, está basada en las aventuras y desventuras, las más de las veces, de nuestro protagonista pueblo a pueblo, ciudad a ciudad, hasta llegar a Madrid. Pero eso, a indicaciones del verdadero autor (Homini Hessan) , supersticioso en extremo, se publicará en tercer lugar. Por aquello de que segundas partes nunca fueron buenas.

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