Teatro

Teatro

A la pata coja

Editorial Ribera&Rius. Lleida 1994

A la pata coja no intenta ser una obra moralizante, al menos así no fue concevida.Tampoco pretende perseguir la Perfección porque nadie es capaz de alcanzarla: piernas pefectas, pulmones perfectos, todo perfecto. ¿Cómo pretende  seguirla nadie con cuerpecillos llenos de achaques psicológicos e intolerancias y escaseces físicas?

La moraleja final no tiene más valor que el de poner fin a unos folios y a una idea. No es una pauta a seguir; es la metáfora lógica que se desprende de toda la obra. Para mi corto entender “una metáfora graciosa que no pretende otra cosa que la diversión de los sencillos, la risa de los sabios y la crítica destructiva de los listillos”

El que no corre, vuela u Oposiciones para opositar

Editorial Ribera&Rius. Lleida, 1999

Con el título se puede adivinar lo que sucedió, lo que sucede y lo que nunca dejará de suceder: el enchufismo, o las puertas correderas, o como se quiera llamar. Lo de siempre. Escrita en 1975, es de rabiosa actualidad en 2021. Aparte de que en la misma se profetiza lo que viene siendo habitual: oposiciones para opositar y opositar y… así sucesivamente. Se calla la boca de quienes no están de acuerdo y protestan ofreciéndoles la posibilidad de optar a una plaza “para toda la vida”, y lo único que consiguen es pagar derechos de exámenes, despellejarse los codos de estudiar y soñar con los piratas que les robarán hasta las ilusiones.



¡Que nadie vaya al teatro!

Editorial Ribera&Rius. Lleida, 1995


Propone dos comedias y una tragicomedia:

A la pata coja

Las galletas del amor ó ¡Cuídate la contractura, Pepe!

Los costureros

¡Que nadie vaya al teatro! No sabes lo que te pierdes. El teatro es el mundo fantástico con el que se castiga a los dioses de barro de la tierra y a los funambulistas que se tambalean en la cima de la pirámide. ¡Que no vaya nadie, oiga!

La política parda

Lleida, 2000

La política junto a sus creadores, los políticos, es una fuente de inspiración inagotable. Desde la exigencia continua del voto en época electoral a la cara dura que demuestran cuando ya lo han obtenido. Esta comedia no tiene texto. Me explico, los actores no hablan, sino que, siguiendo las directrices que esas si están escritas, realizan mímica para expresar la sátira que representan.

Los costureros

Editorial Ribera&Rius. Lleida, 1996

En 1996 tenía claro que el hombre había vuelto a engañar los derechos que como persona debe tener la mujer. En esta especie de tragicomedia se intenta crear el prototipo de un ser antisocial, antifeminista y antimachista. Casi, casi el hombre perfecto. 

La obra es un consejo. “Los costureros” son el refugio de toda aquella mujer que ha perdido la esperanza del triunfo de su propia revolución y no le ha quedado otro remedio que seguir escondiéndose detrás de agujas, telas, ganchillos o lanas. La mujer tiene que intentar apagar las antorchas engañosas tras las que los gobiernos esconden su machismo recalcitrante. 

Las galletas del amor ó ¡Cuídate la contractura, Pepe!

Editorial Ribera&Rius. Lleida, 1995

Leer teatro es ver la representación de una obra en la pantalla de tu propia imaginación. Y el único y valioso beneficio que se lleva el autor son las risas que él mismo ha premeditado y los aplausos, si es que la cosa está para reír y para aplaudir.

Els Firals de Bellvís

Ediciones Bellvís. Lleida, 1997

Espectáculo interactivo que se celebra el último fin de semana del mes de Julio. La representación ocupa tres días en los que el pueblo de Bellvís se viste de Edad Media, con vendedores ambulantes que suelen plantar sus tenderetes en la plaza mayor. La noche del sábado un campesino es perseguido por la justicia y se refugia en la Casa de Buffalà, que tienen concedido el derecho de Asilo. Allí es acogido y defendido al día siguiente en un Juicio en mitad de la plaza. Todo esto está adornado con bailes de la época en la que están basados los textos.

De Oficio, Justicia: un sueño de libertad

Editorial Justicia de Aragón. 1ª edición Zaragoza, 2000
Editorial Justicia de Aragón. 2ª edición Zaragoza, 2001

El Privilegio General de Aragón de 1283 cofirma el carácter del Justicia de Aragón como juez mediador entre el rey y los nobles y entre los propios nobles, extendiendo sus atribuciones a las correspondientes a un juez de contrafuero responsable de dirimir las diferencias suscitadas entre la monarquía y sus súbditos. También se le confiere un papel protagonista en las asambleas de Cortes y se constituye en garante del ordenamiento foral, siendo esta, quizás, la facultad que le haya otorgado mayor credibilidad y autoridad. Hasta 1591, en el que Felipe II de Castilla y I de Aragón, decapita al Justicia, cortándole la cabeza también a los Fueros que es lo que realmente le molestaba porque mermaba su poder absolutista.

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