Bendita HISTORIA (6)

Hechar mano de la Historia o de tus historias

Aunque la novela histórica no te despierte gran interés, no la dejes de lado, porque tarde o temprano deberás echar mano de la Historia. https://es.wikipedia.org/wiki/Historia 

El cansancio psicológico, en muchas ocasiones, produce en nosotros una sensación como que nuestro ánimo está al nivel de las baldosas del suelo. Y, aunque no te sientas a gusto contigo mismo, dejas de leer, dejas de escribir, de escuchar música, de…

Mira con atención los libros que tienes en la estantería, abre tu lector digital en el que has agrupado tus lecturas por categorías o clases. Si me apuras métete en internet y en el buscador pon algo que te lleve a personajes históricos o a etapas fundamentales de la Historia Universal, o de la que te apetezca.

Empieza a investigar y, allí donde consideres que existen etapas, personajes, lugares curiosos o de los que no se ha escuchado hablar nunca, toma notas en una libreta preparada al efecto. Quizás hoy no te sirvan de nada, pero quién te asegura que tus etapas de depresiones se alargan. También puedes ayudarte con un inmenso programa, el más utilizado por escritores de todo el mundo y que se llama Scrivener https://www.literatureandlatte.com/scrivener/overview. Pero ya hablaremos de él más adelante. Solo, en cuanto a lo que nos ocupa, te diré que puedes acumular toda la información que quieras sobre los temas que desees. Y cuando te pongas a escribir en el mismo software, no deberás más que clicar en tu archivo, con lo que es imposible distraerte, entre otras muchas ventajas.

Entonces no queda otra que hacer una ensalada de realidad y ficción, aunque ambas se superen mutuamente por prevalecer sobre la otra. La ficción es lo que tu imaginación pone a tu disposición con respecto a tu información. La realidad es el libro de Historia que los vencedores escribieron con absoluta subjetividad. De cualquier manera hay que rellenar la Historia, o la parte de Historia que no conocemos pero suponemos que pudo ser como nos dicta nuestro pensamiento.

Para ello, déjame aconsejarte, que estudies muy bien la época en la que vas a situar tu novela, que investigues todo lo que pueda venirte bien a la hora de describir como se desarrollaba la vida en los lugares en los que quieras situar la acción; debes tener documentadas las cuestiones sociales de la época, y que función tenía cada persona; cómo era el individu@ físicamente, si es que ha de interesar esa cuestión. No caigas en contradicciones que, aunque la crítica es inexistente, te aseguro que cuando metes la pata salen críticos de debajo de las piedras para cacarear como gallinas dónde has metido la pata. Por cierto, en el género histórico es muy fácil meter la pata.

Pero no todo va a ser investigar e investigar. También puedes recoger datos de los más ancianos de tu familia y hacer una novela familiar. Cuidado con “fotografiar” a algún personaje que pueda reconocerse, sobre todo si causó algún daño a la comunidad con la que convivió. Ya sabes que en muchas publicaciones se pone aquello de “cualquier parecido con la realidad…”

Este último punto nos lleva a anteponer la narración a los acontecimientos. Los personajes han de tratarse (o retratarse) desde un punto de vista exterior a la familia.

Si se trata de biografiarse, no está de más disfrazar un poco el estilo para no caer en la pedantería. Un escritor egocéntrico es lo más parecido a un borrico.

 

Continuará…

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